Cientos de fanáticos argentinos pugnaban este miércoles en las inmediaciones del Estadio 974 de Doha por una entrada para presenciar el decisivo partido que la Selección y Polonia jugarán por la tercera y última fecha del Grupo C del Mundial de Qatar.
La escasez de tickets, un problema ausente en las dos presentaciones anteriores de la «Albiceleste», estuvo directamente relacionada con la capacidad del escenario desmontable donde el equipo de Lionel Scaloni deberá definir su futuro en la competencia.
Argentina jugó ante Arabia Saudita y México en Lusail, el estadio sede la final de mayor capacidad en Qatar (88.966 personas), pero el juego de este miércoles se programó en una cancha con la mitad de ese aforo: 44.089 localidades.
Misión imposible
De modo que la idea de conseguir una entrada para la última jornada del Grupo C se hizo una misión imposible para los simpatizantes argentinos, que llegaron desde diferentes parte del mundo y del país, muchos de ellos en los vuelos especiales programados por Aerolíneas Argentinas.
En el playón principal de acceso al estadio, situado al sur de la ciudad, cerca de la bahía de Doha, los argentinos se organizaban en grupos y fijaban su vista en las pantallas de los celulares para chequar en la web de la FIFA por alguna disponibilidad de último momento.
Muchas de las entradas ofrecidas en las distintas fases de venta fueron compradas por extranjeros y los argentinos apostaban a dar con alguno de ellos dispuesto a desprenderse de su localidad a un precio razonable.
Agustín, un joven de General Cabrera, Córdoba, que llegó a Qatar con su hermano y dos amigos, contó a Télam que llegaron a pedirle 1.000 dólares por una entrada categoría 1, cuyo precio oficial ronda los 80 dólares.
«Con esos números, el presupuesto se va de las manos. No queda otra que esperar a tener suerte y comprar alguna al precio oficial o un poquito más»Agustín, oriundo de Córdoba
«Con esos números, el presupuesto se va de las manos. No queda otra que esperar a tener suerte y comprar alguna al precio oficial o un poquito más», lamentó preparado para la fiesta, con su cara pintada y un turbante celeste y blanco.
La demanda de entradas no era una necesidad exclusiva de los argentinos: «I need 2 tickets» (necesito dos entradas), anunciaba un simpatizante estadounidense entre medios de camisetas de Leo Messi y Diego Maradona.
Aún sin boletos, los hinchas pudieron llegar a menos de 100 metros del Estadio 974, favorecidos por la facilidad del acceso, ya que se encuentra a muy próximo a la estación Ras Bu Abboud, una de las cabeceras de la línea dorada del metro.
La organización del Mundial de Qatar no dispuso ningún operativo especial de contención para las personas sin localidades, pese a que desde los días previos se registraba una búsqueda insistente en los distintos encuentros de hinchas argentinos y en las redes sociales.
Fuente: Telam