Una multitud de hinchas de la Selección argentina salió este miércoles a las calles de las distintas ciudades argentinas, desde Ushuaia hasta Jujuy, se reunió en plazas, cantó y agitó las banderas celestes y blancas para festejar la clasificación del equipo a octavos de final en el Mundial de Qatar.
Los fueguinos se reunieron en la zona céntrica, pero también en cada esquina del Fin del Mundo para saltar y cantar tras la victoria del combinado nacional.
El partido mundialista se vivió en cada domicilio pero también en varios espacios comunes, como el ex casino de la ciudad de Ushuaia, hoy reconvertido en un salón de formación de la industria del conocimiento, donde el Gobierno provincial convocó a la ciudadanía a compartir el encuentro en una pantalla gigante y butacas.
La cita futbolística también copó decenas de bares, hoteles y restaurantes, en los que la población local se mezcló con turistas nacionales y extranjeros.
En el bar «Yámana», ubicado a orillas del Canal Beagle, se montó un evento gastronómico con «hamburguesas argentinas pintadas de celeste y blanco», lo que llevó a mucha gente a elegir ese recinto para ver el partido del seleccionado.
Consumada la victoria argentina, una muchedumbre comenzó a recorrer la ciudad en caravanas vehiculares y a pie, eligiendo la esquina céntrica de las calles San Martín y 9 de julio como epicentro de los festejos.
Banderas, carteles, vinchas y hasta una gigantografía de Lionel Messi en tamaño real, a la que todos se acercaban para besar o fotografiarse, sirvieron de escenografía para que la multitud desatara ese tipo de alegrías populares que solo el fútbol a esta escala es capaz de generar.
En Jujuy, miles de personas también celebraron esta tarde con cánticos, banderazos y una caravana de vehículos el pase a octavos de final de la selección argentina y los en el Mundial de Qatar 2022, en medio de un clima de algarabía que se replicó en diversas localidades de la provincia.
Los fanáticos mezclados entre niños, niñas, jóvenes y adultos tomaron hoy los principales espacios públicos de San Salvador de Jujuy y otras localidades de la provincia, una vez que culminó el triunfo del partido ante Polonia para celebrar el pase a octavos de final.
Con gestos de nerviosismo hasta la llegada del gol Alexis Mac Allister, los jujeños siguieron las instancias del partido en el principal centro comercial de la capital, oficinas de trabajo de la administración pública y hasta establecimientos educativos.
En el extremo norte del país, la ciudad fronteriza de La Quiaca se vistió de celeste y blanco cuando niños y niñas protagonizaron un emotivo «banderazo» por las calles del pueblo en apoyo al combinado nacional.
También en los pueblos puneños y quebradeños como Abra Pampa, Humahuaca, Tilcara y Purmamarca resonaron los cánticos como «muchachos ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial», canción característica de los simpatizantes nacionales en este mundial.
En la ciudad de San Pedro de Jujuy, los habitantes se convocaron en la Plaza Manuel Belgrano, donde se instaló un «fan fest», en cual se unieron llevando en andas banderas argentinas y en su mayoría vestían la camiseta celeste y blanca.
La algarabía se replicó a lo largo y ancho de la provincia, tal como en establecimientos educativos que compartieron la jornada de manera comunitaria con el mismo fervor que en las grandes ciudades del país.
Festejos en CABA
Miles de personas se reunieron en el barrio porteño de Palermo para seguir en pantalla gigante las alternativas del partido.
Al grito de «Argentina, Argentina»; hombres, mujeres, niños y jóvenes expresaron su emoción y nerviosismo hasta el último minuto del encuentro que le dio la victoria a la albiceleste por dos a cero y que significó el pase a octavos de final del Mundial de Qatar.
Al igual que en los encuentros anteriores, el escenario elegido fue la plaza Francisco Seeber, ubicada en el cruce de las avenidas Del Libertador y Sarmiento, donde el Gobierno de CABA montó una pantalla gigante, que sirvió también como foco de atracción para cientos de turistas curiosos por ver el modo en que se vive el fútbol en la Argentina.
Las autoridades de CABA calcularon en 20 mil el número de personas reunidas en el lugar, donde se habían desplegado murales de banderas confeccionados con elementos reciclables.
En la plaza había camisetas albicelestes, con un predominio notorio del nombre de Messi, en tanto que en los alrededores se vendían vuvuzelas a $100, banderas a 200 y remeras a $800.
Juan, un pequeño hincha del seleccionado del barrio de Mataderos y fanático del capitán argentino dijo que era su segunda vez en la plaza, en tanto que otro niño que tenía un gorro Piluso celeste y blanco, señaló «deseo que Messi levante la copa».
Minutos antes de las 16, sonaron estrofas del Himno Nacional que se cantaron con emoción y entusiasmo.
A pesar de la alta temperatura y la humedad, algunos simpatizantes miraban el partido tomando un mate.
«No importa si hace calor o frío, el mate siempre estará presente», remarcó Tomas, un vecino de Villa Luro, que fue a ver el partido con su familia.
El hombre admitió que no es la primera vez que asiste a un fan fest y recordó su experiencia en el Mundial de Brasil de 2014.
«En Río (de Janeiro) fue una experiencia inolvidable porque los argentinos ahí éramos uno solo», rememoró el hincha.
Banderas, gorros, cornetas, camisetas de otras épocas de las selección, copas del mundo de plástico, caretas de Messi, fueron algunos de los elementos que más predominaba en la tarde porteña.
Algunos de los asistentes estaban sentados sobre reposeras y puff otorgados por los organizadores del evento.
A las 37 minutos, el público estalló de júbilo cuando el árbitro cobró penal para el seleccionado argentino que Messi no pudo traducir en gol.
En ese momento, entre los festejos y abrazos, aparecieron los rezos y los rituales. Algunos no miraban, otros se persignan, otros miraban al cielo y otros tenían estampitas maradoneanas.
Aunque la ilusión se transformó en resquemor cuando Wojciech Szcz?sny, arquero de la Juventus y el seleccionado polaco, atajó el penal.
Momentos después volvieron a cantar por el capitán argentino al ritmo de «Messi, Messi».
En el parque, los jugadores más ovacionados fueron Messi y Nicolás Otamendi.
Entre los espectadores también había gente de otros países con camisetas del seleccionado argentino, disfrutando y sufriendo del andar del equipo dirigido por Lionel Scaloni.
Erika Rodríguez, una estudiante de medicina oriunda de Guayaquil Ecuador, afirmó: «A pesar de que estoy un poco triste por lo que pasó con el seleccionado de mí país me pondría muy contento si Argentina gana porque está es mí segunda patria».
Por su parte, Andrew, un turista de Estados Unidos, señaló «es la primera vez que vengo a un evento de este estilo y es muy emocionante».
«Nosotros esperamos un milagro, un golcito para clasificar», señaló Sandra, la turista mexicana, quien segundos después recibió la noticia del gol de Arabia Saudita que los dejo fuera del certamen mundialista.
Cuando el árbitro dio por finalizado, el público presente en el parque canto por Argentina y en especial por Lionel Messi, con la ilusión latente de ganar la Copa del Mundo.
Algunos se acercaron a las gigantografías de los jugadores para sacarse una foto con ellos, mientras que otros se sacaban fotos con el fin de «mantener la cábala».
En Rosario, con el Monumento a la Bandera como epicentro
El Monumento Nacional a la Bandera de la ciudad de Rosario se convirtió en escenario de un improvisado festejo de hinchas.
Cientos de rosarinos llegaron poco después de las 18 hasta el Monumento a la Bandera para celebrar el triunfo, en la costanera central de esta ciudad santafesina, en una imagen que contrastó con la de unos minutos antes, cuando Rosario se convirtió en una ciudad vacía de gente en sus calles.
«El que no salta es un inglés», cantaba un grupo de jóvenes, la mayoría vestidos con camisetas argentinas, mientras otros tomaban fotos y grababan videos de la celebración con sus teléfonos celulares.
Cabezas cubiertas con pelucas celestes y blancas o con gorros, camisetas, banderas y cornetas, muchas cornetas, modificaron el habitual paisaje del Monumento, sitio tradicional de festejos y movilizaciones populares de los rosarinos.
Los clásicos cánticos de los estadios de fútbol, como el «un minuto de silencio», rompieron la monotonía de la tarde junto a los papeles picados que volaron a modo de festejo.
La concentración de hinchas de la Selección, en la que convivían niños, varones, mujeres y personas de edad adulta, mostró una diversidad de atavíos y uso de merchandising celeste y blanco.
Una mujer con enormes anteojos de cotillón mostraba un poster de La Scaloneta, el popular nombre que recibe el equipo dirigido por el santafesino Lionel Scaloni.
Tras la derrota en el primer partido del grupo frente a Arabia Saudita, y el alivio del triunfo sobre el seleccionado de México, los rosarinos pudieron festejar hoy el pase a octavos de final del equipo liderado por el local Lionel Messi en el Mundial de Qatar.
Una multitud en San Luis
Una multitud festejó en la plaza central de la ciudad de San Luis el pase a octavos de final.
San Luis se volvió a paralizar desde las 15, cuando los puntanos comenzaron a reunirse en sus hogares y en los bares a la espera de un partido definitorio para pasar a octavos de final.
Una vez concluido el juego, un marea celeste y blanca con banderas, cornetas, pogos y al cantico «El que no salta es un inglés» y «Que lindo es ser argentino», se congregaron frente a la iglesia Catedral, epicentro de los festejos puntanos por el triunfo de la selección.
«Es una gran locura vivir esto, estoy muy feliz y confió que la selección siga con toda la garra que demostró hoy para los partidos que vienen», expresó un simpatizante.
Otros de los lugares donde se vivió con mucha euforia fue en la ciudad de Villa Mercedes, donde, desde el primer partido de la selección, la Municipalidad montó una pantalla gigante para vivir los partidos con todos los vecinos y, en esta oportunidad, reunió a más de mil personas.
Celebración en Mendoza
Una multitud de mendocinos colmaron las calles céntricas de la capital para festejar.l.
En la ciudad de Mendoza, el epicentro de las celebraciones fue en el kilometro cero, ubicado en calle San Martín y Peatonal Sarmiento, donde con banderas y camisetas celestes y blancas los hinchas alentaron a la selección, en medio de la emoción tras el partido ganado a Polonia.
Grandes y chicos con camisetas, remeras gorros, banderas, caras pintadas, bombos y vuvuzelas celebraron cantando los cánticos clásicos de cancha.
Desde la mañana ya se notaba un clima especial en el microcentro con muchos mendocinos que lucían la camiseta de la Selección Nacional y bares y restaurantes con decoración para la ocasión.
Minutos después de finalizado el partido, los autos en caravana haciendo sonar sus bocinas comenzaron a colmar las principales calles céntricas de la ciudad y los festejos se replicaron en otras localidades de la provincia cuyana.
Río Negro se tiñó de celeste y blanco
Las ciudades rionegrinas de Viedma, San Carlos de Bariloche, Cipolletti y General Roca festejaron con banderazos, caravanas, cánticos y mucha emoción.
En Viedma, una vez terminado el partido, las caravanas de vehículos se formaron en las principales avenidas, mientras que el punto de concentración fue en la emblemática Fuente Pucará, en 25 de Mayo, a pocos metros de la costa del río Negro.
En la ciudad valletana de General Roca, cientos de vecinos salieron a las calles a festejar el triunfo albiceleste con banderas, redoblantes, bombos y trompetas.
Una caravana de autos salió con banderas por la calle 9 de Julio y recorrió las principales calles céntricas; luego, los hinchas se congregaron en la esquina de Tucumán y avenida Roca.
Al igual que Cipolletti, donde cientos de hinchas, en cuestión de minutos, colmaron el centro de esa ciudad de color celeste y blanco.
En Bariloche, los festejos se realizaron en el Centro Cívico, donde cientos de vecinos y turistas se unieron en los cánticos.
También se sumaron automovilistas que circularon con bocinas y banderas por la calle Mitre y la Costanera, para adherir a los festejos.
Fuente: Telam