El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, recibió este martes en Brasilia a su sucesor electo, Geraldo Alckmin, mientras el Senado dio luz verde a un proyecto que permitirá ampliar el presupuesto de 2023, tal como solicitó el Partido de los Trabajadores (PT) que gobernará a partir del 1 de enero próximo, a fin de aumentar el gasto social.
«Alckmin me telefoneó, me preguntó si podía venir a tomar un café aquí, y así fue, todo normal», declaró el general retirado Mourao tras el encuentro en el Palacio del Planalto, sede oficial del gobierno.
«Le expliqué cuál es nuestra estructura en la Vicepresidencia, las atribuciones, cuáles son las asesorías sobre las que él tiene libre decisión, ya que otras asesorías son designadas por Itamaraty (cancillería) y por las Fuerzas Armadas», dijo, según el diario O Globo.
Esta fue la primera conversación cara a cara entre Mourao y Alckmin tras la victoria del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva sobre el presidente Jair Bolsonaro en el balotaje del pasado 30 de octubre.
Hasta este martes Bolsonaro no reconoció públicamente la victoria de Lula y mantenía una agenda reducida.
De todos modos, la transición es obligatoria, está regulada por una ley y no depende de la aceptación política del resultado electoral.
El encuentro entre Mourao y Alckmin tiene importancia protocolar, pero también funcional, ya que permite aunar criterios para la entrega de informaciones necesarias para la toma de decisiones del futuro gobierno que asume en enero.
El equipo de transición está trabajando en Brasilia bajo el mando de Alckmin y cuenta con grupos que tratan sobre temas específicos que van de la economía, a justicia y ambiente.
En paralelo, el Senado, luego de semanas de negociaciones, dio luz verde a la tramitación del Proyecto de Enmienda Constitucional (PEC) enviada por el presidente electo, el cual contempla aumento de gastos sociales en la futura administración, informó la agencia de noticias ANSA.
Alckmin e Mourão se encontram no Palácio do Planalto para primeira reuniãohttps://t.co/9A1Z4a2Bqz
— DCM ONLINE (@DCM_online) November 29, 2022
La PEC que contempla un aumento de fondos del orden de 18.000 millones de dólares, fue enviada el lunes a la noche al Senado y esta mañana obtuvo las 27 firmas de legisladores necesarias para ser tramitada en esa cámara.
El texto propone alterar la norma constitucional que fijó un techo del gasto público durante el gobierno del presidente, Miche Temer (2016-18), por 20 años.
Con esos fondos, Lula pretende costear el programa de asistencia social llamado Bolsa Familia, un signo de sus gobiernos anteriores, y que beneficiará, según anunciaron, a unos 50 millones de ciudadanos, y otras iniciativas destinadas a la atención de la población más humilde.
Por tratarse de una reforma de la carta magna necesitará una mayoría especial de 3/5 del Senado y luego de 3/5 de la Cámara de Diputados, proporción que la coalición de partidos que respalda a Lula está muy lejos de alcanzar.
Ante esa desventaja política y la necesidad de sumar votos para la PEC, Lula propuso apoyar a su adversario, el titular de la cámara baja Arthur Lira, para un nuevo mandato.
Lira, del conservador Partido Progresista e integrante del Centrao (el bloque de partidos que domina la agenda económica y política del gobierno a cambio de administrar parte del presupuesto nacional), es un aliado de Bolsonaro y no garantizó que moverá su influencia parlamentaria para que la PEC reúna los votos necesarios.
Si la PEC no fuera aprobada hasta mediados de diciembre, quedará fuera del calendario legislativo y el próximo gobierno se iniciará sin esa norma crucial para la implementación de políticas sociales que muchos ponderan como impostergables.
Ante este cuadro de situación, el mercado reaccionó con recelo observado en reiteradas bajas de la Bolsa de Valores de San Pablo.
Los inversores privados consideran que esos casi 20.000 millones de dólares de rebasamiento del techo de gastos propuesto por la PEC de Lula es excesivo y pone en riesgo la responsabilidad fiscal.
Desde el mundo financiero se ha pedido desde hace semanas que Lula anuncie quien será su futuro ministro de Economía, solicitud que el mandatario electo no acató.
De todos modos, hoy cobró fuerza la posibilidad de que Lula comunique en los próximos días quien estará al frente de Hacienda, y se menciona como probable el nombre de Fernando Haddad, un dirigente del PT que fue intendente de San Pablo, fue candidato presidencial en 2018, y a quien se le atribuye una concepción económica desarrollista.
Fuente: Telam