Szczesny: de la pista de baile, a pelear por Ucrania y chicanear a Messi

Si medís casi dos metros es difícil pasar inadvertido. Wojciech Szczesny es mucho más que un gigante que defenderá el arco de Polonia contra Argentina este miércoles (16 horas de nuestro país). Es un personaje de perfil altísimo, que no tiene filtro y que cuando el otro día le “mandó” su mensaje a Messi se lo estaba diciendo bien en serio.

Aunque todos estudien a los pateadores, el polaco no sale de su histrionismo hasta para avisar que habría encontrado un sistema para descifrar a Leo. Saliendo del duelo con Argentina, Szczesny siempre habla con nombre y apellido dejando claro que su ego lo tiene bien arriba. «Senté a Alisson, mi suplente es Buffon… Soy el mejor de la historiaa», fue su análisis cuando ya las luces lo tenían en primer plano. Porque para hablar como hablar, hay que jugar bien. Y en Polonia reconocen que su figura contra Arabia Saudita fue determinante para el triunfo.

Para llegar a la Juve, hizo un largo camino. Desde que a los 15 se decidió realmente a jugar al fútbol, el próximo paso fue llegar a las academias del Arsenal. Un año antes de logra el debut en la Premier League, sufrió un terrible accidente en el gimnasio: perdió el equilibrio y la pesada barra que levantaba le fracturó ambos antebrazos. Tuvieron que insertarle placas de metal en los brazos y todavía tiene cicatrices del incidente. “Yo digo que uno es de la guerra y el otro es de un mordisco de tiburón”, bromea marcando cuál sería su forma de encarar la vida.

Del debut en el Arsenal, a un paso con menos luces en el Brentford y luego el salto al Calcio. Primero en la Roma y hoy en la Juve. Pero este arquero de 32 años no llegó al puesto de casualidad La familia Szczesny, nacidos en Varsovia, tienen el puesto de arquero en la sangre. El padre del hoy jugador de la Juventus fue arquero de la selección polaca en los 90. Y el hermano, Jan, ataja en las Inferiores del Gwadia Warsaw polaco. Mucho antes de finalmente dedicarse de lleno al fútbol, pasó por otros hobbies y deportes. Por su biotipo andaba muy bien en el lanzamiento de jabalina. Y además, practicaba baile de salón: “Me da un poco de vergüenza hablar de eso ahora, pero fue el primer deporte que practiqué, si se le puede llamar deporte. Era alto y creo que estaba un poco rígido, je”.

Entre aquel fallido bailarín a este presente de primer nivel, Szczesny tuvo también problemas en el Arsenal cuando se filtraron fotos de él fumando. Fiel a su estilo, minimizó la historia y siguió su carrera ascendente. Pero el punto de máxima exposición se dio este año con la invasión de Rusia a Ucrania. Antes de que se confirmaran las sanciones deportivas a la selección rusa, el arquero jugó fuerte: «A ver si la FIFA tiene los huevos de eliminar a Rusia».

Su solidaridad con Ucrania tiene lazos directos con su esposa, la modelo e influencer MaRina. «Mi mujer es ucraniana, mi hijo tiene sangre ucraniana, y muchos de mis trabajadores lo son, todas personas fantásticas. Ver el sufrimiento y el miedo en sus caras me hace pensar que no puedo quedarme callado como si no fuera nada. Putin ha declarado guerra a todos los valores que representa Europa. El 26 de marzo hubiéramos tenido que jugar contra Rusia, y aunque se me parta el corazón mientras lo escribo, mi conciencia no me permite jugar. Rechazo jugar contra jugadores que representan los valores y los principios de Rusia, rechazo estar en el campo escuchando el himno de Rusia».

A los 32 años juega su segundo Mundial. Por ahora es una de las figuras de Polonia e insiste que con el entrenador de arqueros de la Juventus encontraron el método para analizar a los lanzadores de penales. “No veo la hora de jugar contra Argentina. Te estoy estudiando, Messi”, advierte con ese tono ácido que lo distingue del perfil subterráneo del resto de su equipo.