La divertida frase de Di María sobre su pase a Messi

Se conocen de memoria. Ángel Di María es un año más chico que Lionel Messi. Fideo tiene 34, Leo ya cuenta 35. Uno es de Central, el otro es de Newell’s. El mejor del mundo fue campeón del mundo con la Sub 20 en Holanda 2005. El que mejor interpreta al Diez dio la vuelta con la Sub 20 en Canadá 2007. Y juntos lograron el oro olímpico en Pekín 2008. Son los últimos sobrevivientes de la generación Pekerman-Tocalli y son claramente el ancho de espadas, y el de basto. Si jugás al truco contra ellos, tenés todas las de perder.

Los rosarinos fueron los creadores del grito sagrado de Lusail. Aunque Angelito, no se suma méritos: el actual jugador de la Juventus le cuenta a Olé cómo fue el pase para que Leo sacara el misil que se metería en el palo izquierdo de Ochoa. «¿Cómo fue la asistencia? Le tiré una caca», dice con sonrisa espontánea, se ríe con ganas. Y sigue «pero Leo soluciona todo siempre, lo importante es que la pelota le llegó, lo habíamos hablado unos minutos antes. Me había dicho que ellos se metían muy adentro y que los espacios atrás aparecían. Y bueno, intenté dársela, esperé el momento, controló e hizo un terrible gol».

Más allá de la frase graciosa, no es casualidad la conversación previa al gol. Messi se apoya mucho en Di María en todo lo que tiene que ver con el juego, con la visión de cómo entrarle a una defensa cerrada. Es una sociedad con fines de felicidad para todos los argentinos. Están compartiendo su cuarto Mundial consecutivo, ya las pasaron casi todas. «¿Qué más puedo decir de Leo? Ya no tengo palabras, para mí es todo jugar con el mejor del mundo. Tuve la oportunidad de hacerlo en un club y hace 14 años años que compartimos la Selección».

Leo llegó a la Mayor en el 2005. Fideo lo hizo en el 2008. Desde ahí construyeron una relación que va mucho más que adentro de la cancha. Ahora suelen compartir avión privado cuando van de vacaciones a la Argentina o cuando deben llegar a algún destino para ir a la Selección. Fideo y su familia fueron claves para la adaptación de los Messi en París y eso afirmó más la relación, una relación que sabe de viajes relámpago del predio de Ezeiza a Rosario en auto, cuando tenían medio día libre en la Selección. Por eso, con sus diferencias, los sentimientos van hacia el mismo lugar del corazón: «Festejamos porque se embarró todo por un partido, que no se nos dio. Estábamos trabajando por esto, la gente se lo merecía por el banderazo, los mensajes, por todo. Pudimos darles una alegría a ellos, a nosotros y a nuestras familias», relata el papá de Mía y Pía, la pareja de Jorgelina.

Di María ya le había adelantado a Olé, en la previa a la Copa del mundo, que esta sería la función final, que después llegaría el momento de dar un paso al costado y darles lugar a los que vienen atrás. Por eso disfruta cada segundo, por eso se esforzó para llegar en las mejores condiciones a Qatar, a pesar de algunas molestias musculares. «¿Qué sentí con el Fideo, Fideo de la gente? Uff… Significa todo para mí, llevo 14 años vistiendo esta camiseta, siempre esperás este reconocimiento», le cuenta a Olé, en zona mixta, ya de madrugada. Y después va por más: «Viví muchos Mundiales y el apoyo fue diferente. Hay un gran ambiente, la gente está increíble… Después del partido con Arabia Saudita parecía que habíamos ganado. Fueron todos mensajes bárbaros, siempre para adelente, Por eso el agradecimiento por el apoyo y por todo».