No queda claro cuál fue el desencadenante de la pelea, pero estaban todos juntos y mezclados en las tribunas. Así las cosas, una cargada de más, el grito de los goles de Messi y Enzo Fernández fueron chispa suficiente para que se diera el encontronazo.
Un hincha argentino, que quedó con la cara y el torso cubierto de sangre, tuvo que ser retirado del lugar por la seguridad del estadio. No obstante, fueron focos puntuales de conflicto y no algo generalizado. La violencia no es folclore…
Fuente: Olé