Gianni Infantino es el jamón del sandwich. No es posible quedar bien con Dios y el diablo en temas que no admiten grises. Y si bien el presidente de la FIFA había dicho que se sentía “gay”, en forma de respaldo al colectivo LGBTQI, la rigurosidad qatarí de la que se hace cargo la entidad que rige el fútbol genera, por lógica, que el ítalo-suizo, por más cintura que el cargo y la experiencia le hayan dado, no quede indemne en el tema de la diversidad, inclusión y derechos humanos al que el país organizador, nítidamente, no adhiere.
La polémica se inició a partir de la prohibición por parte de la FIFA a que los capitanes de los equipos lleven el brazalete que tiene dibujado un corazón con los colores de la bandera LGBTQI y la frase “One Love”. De hecho, la federación amenazó con sanciones a quienes lo lucieran.
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Entonces, la acción se trasladó a las tribunas. Este jueves, la ministra belga de Relaciones Exteriores, Hadja Lahbib, expuso el brazalete en las gradas durante el partido de su selección. Justamente, siete selecciones europeas, entre ellas Bélgica, querían lucir ese brazalete, pero la FIFA lo impidió. “Gianni Infantino me explicó por qué había decidido no permitir a los Diablos Rojos llevar el brazalete, según las reglas de la FIFA. Esas reglas no se aplican en las gradas, me quité mi chaqueta y lo mostré”, explicó la dirigente.
Los alemanes, que tampoco se animaron a mostrar el brazalete, en cambio se llevaron la mano a la boca simulando un gesto de mordaza antes de su partido del miércoles. La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, también -en las tribunas- se colocó en su brazo el brazalete inclusivo. Infantino se sacó una foto con ella, sonriendo y señalando la cinta. No obstante, sigue en el medio, como entre dos panes.
Llegaron las quejas
Ante la amenaza de sanciones las federaciones desistieron de la iniciativa por temor a las represalias de la entidad sobre sus jugadores. Y emitieron un comunicado: «No podemos poner a nuestros jugadores en una situación en la que puedan enfrentarse a sanciones deportivas, incluidas las amonestaciones, por lo que hemos pedido a los capitanes que no intenten llevar los brazaletes”.
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Sin embargo, capitanes como Harry Kane (Inglaterra), Gareth Bale (Gales) y Manuel Neuer (Alemania) salieron al campo de juego con otra cinta blanca con letras negras y la leyenda “No a la discriminación”.
Y fueron más allá: “Prohibirnos el brazalete es como prohibirnos la boca. Nuestra postura se mantiene”, expresó la selección alemana en sus redes sociales. “Los derechos humanos no son negociables”, agregó. Además, Alemania recurrió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para revertir la decisión de la máxima entidad del fútbol.
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Dinamarca, por su parte, amenazó con irse de la FIFA por la prohibición del brazalete del arcoíris. Jesper Moller, presidente de la Federación Danesa de Fútbol (DBU), anticipó que el organismo abrirá un «período de reflexión» sobre el tema y no descartó la «medida extrema» de abandonar la FIFA si ésta no modifica su posición.
Fuente: Olé