Los árbitros suelen ser casi invisibles en los encuentros deportivos en los que participan, aunque se vistan notoriamente diferente a los verdaderos protagonistas de la acción de juego. La mayor parte del tiempo, el desarrollo del encuentro no pasa por su presencia aunque sus acciones, finalmente, pueden incidir en el resultado. Son actores de reparto y desde las sombras tienen una tarea para nada menor: hacer cumplir el reglamento.
Ellos son quienes representan una faceta importante de los deportes porque son los encargados de impartir justicia bajo sus decisiones.
Agustín Avenali les dedicó un libro titulado “Árbitros: la otra cara del juego” donde se propuso investigar y conocer la labor de estos “trabajadores silenciosos pero muy importantes en el deporte”. En este texto compiló testimonios de árbitros consagrados de varios de los deportes más populares de Argentina como el fútbol, básquet, vóley, rugby, hockey y handball.
Avenali es periodista, productor y escritor, y en diálogo con LU5 contó una de las razones fundamentales por las que hay gente que decide incursionar en la profesión de arbitrar. “Se trata de la continuidad de la pasión por el deporte; el árbitro de fútbol no haría eso si no es un apasionado del fútbol y el arbitraje es otra forma de encarar esa pasión”, dijo.
Por otra parte, remarcó que se trata de una actividad que es “muy exigente desde lo técnico y desde lo emocional porque estás sometido a las puteadas de la gente, siempre vas a dejar descontento a alguien”.
Además, se refirió a lo que atraviesa la cabeza de la persona que arbitra cuando comete un error: “muchas veces cobrás una falta pero de pronto notás que te equivocaste, lo que tenés que hacer es eliminarlo de la cabeza porque sino aparece la ley de la compensación, a veces algo que no es consciente. Por eso, los árbitros deben trabajar para reprimir ese reflejo inconsciente, ya que si compensas, estás cometiendo un segundo error. Lo más importante es hacer borrón y cuenta nueva, seguir para adelante”.
Es un trabajo silencioso pero inmediatamente visible y cuestionado por deportistas e hinchadas si esos dos grupos se perciben perjudicados por una decisión o interpretación arbitral. Por eso, Agustín Avenali asegura que “el núcleo del arbitraje es la pasión”.