Desde el año 2019, la ocurrencia de sismos en Sauzal Bonito se volvió frecuente. Investigadores argentinos se propusieron estudiar ese fenómeno y analizar si estaba relacionado con los trabajos de extracción de hidrocarburos con la técnica del fracking en la región de Vaca Muerta.
Hace dos años, Javier Grosso y Guillermo Tamburini Beliveau comenzaron a desarrollar un trabajo que tenía como objetivo el análisis de la relación entre la explotación hidrocarburífera con la sismicidad inducida y procesos de deformación del suelo.
No solo corroboraron que existe una relación entre los sismos recurrentes y el fracking en la cuenca neuquina, sino que también incorporaron un elemento inédito a nivel global: la identificación de dos procesos de deformación superficial posterior a la ocurrencia de sismos inducidos por la actividad hidrocarburífera.
Grosso es geógrafo, docente e investigador de la Universidad Nacional del Comahue, y en diálogo con LU5 explicó que no es tan relevante la magnitud de los sismos sino la profundidad a la que se producen. “Estos sismos son muy superficiales y coincide con la profundidad en la que se está fracturando en Vaca Muerta“, comentó el geógrafo y remarcó: “son los sismos más superficiales del país y solo se producen en Sauzal Bonito y en Vaca Muerta“.
La ocurrencia de este fenómeno “es un indicador importante porque si vos lo tenés más cerca de la superficie es mucho más rápida la transmisión de la energía que se libera y va a tener efectos más importantes”, añadió Grosso.
La obtención de datos para realizar esta investigación fue compleja, aseguraron los investigadores. “Fue un camino muy adverso para obtener información oficial de calidad. Nos enfrentamos a acuerdos de confidencialidad por los que no nos daban información”, detalló.
Por ello, iniciaron un proceso de judicialización y a eso se sumaron pedidos de Fiscalía para que les revelaran información. Cuando finalmente obtuvieron esos datos, se dieron cuenta al analizarlos “que los sismos pequeños se acercaban a los pozos, por lo que eran un indicador de que estaban fracturando y ocurrían los sismos”.
No obstante todas estas dificultades, y valiéndose de los datos de Red Geocientífica Chile -organización civil chilena que desde el primer momento denunció la ocurrencia de sismos en Sauzal Bonito y realizó un exhaustivo monitoreo de los eventos digno de una agencia sismológica oficial-, lograron llegar a las importantes conclusiones de la investigación.
Podes acceder al artículo publicado en Nature aquí.