Foto Luis Cetraro
Foto: Luis Cetraro


La ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, afirmó en Santa Fe que «está bien que la mujer pelee, aspire y tenga ambiciones políticas», y sostuvo que «hay un conjunto de mujeres que van a luchar, hermanadas, para librar a la Argentina del drama de la pobreza» y «por todo lo que falta hacer».

Tolosa Paz participó en la V edición de la Feria del Libro Nacional y Popular de Santa Fe de un panel integrado por la vicegobernadora Alejandra Rodenas; la ministra de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos de la provincia, Celia Arena, y la concejala de Rosario, Norma López.

Con la consigna de conocer a las funcionarias desde otra perspectiva, Tolosa Paz fue consultada sobre las ambiciones de las mujeres en política y un cierto «divismo» que se les adjudica.

Foto Luis Cetraro
Foto: Luis Cetraro

En ese sentido, dijo que una mujer que llega a concejala, intendenta o gobernadora «se siente una diva, pero no en términos estéticos, sino porque va a pelear, va a aspirar a un lugar de poder» y postuló que «si son concejalas tienen que ser intendentas, y si son intendentas que sean gobernadoras, y si hay gobernadoras, queremos que haya presidentas».

La mujer ocupando espacios en la esfera de la política

La ministra sostuvo que el poder de la mujer «es la organización y tiene que ver con la construcción, cuando nos animamos a construir, no pensemos que molestamos o no molestamos».

Al hablar del conjunto de mujeres que participa, añadió que la lucha es «contra la pobreza, la indigencia, la marginalidad, la exclusión, la falta de laburo y de oportunidades».

«A eso no lo vamos a hacer de otra manera si no peleamos espacios de poder, y si algunos se ponen nerviosos, que se vayan preparando, porque estamos organizadas y porque vinimos a quedarnos en la Argentina con mujeres de verdad en los espacios de poder«, puntualizó.

Tolosa Paz también trazó un recorrido histórico del peronismo, «que tuvo que asistir al renunciamiento de Evita» luego de lograr la sanción de la ley del voto femenino, pero evaluó que para «la etapa que nos tocó vivir con Cristina (Fernández de Kirchner) como Presidenta, tuvo que pasar Evita y ese renunciamiento».

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Foto: Luis Cetraro

En ese marco, mencionó que las mujeres se permitieron «hace un tiempo una mirada de cómo podemos hacer para romper el status quo, no ir a pedir la ley de paridad o de cupo, sino ir a pelear, exigir esas leyes, que nos den un marco jurídico para ir avanzando».

«Pero ese marco jurídico no tiene razón de ser si nosotras no somos capaces de dejar de pedir permiso y trabajar fuertemente en la construcción de la mujer en política, porque nadie lo va a hacer por nosotras», opinó.

Por su parte, la vicegobernadora Rodenas puso como ejemplo de la voluntad de cambio de las mujeres lo sucedido en la provincia durante la pandemia de coronavirus, cuando se pudo destrabar en el Senado la Ley de Paridad.

«Lo cierto es que lo que se necesitaba era que llegara yo (desde su lugar de vicegobernadora), pero con la voz de las compañeras, y no para pedir, sino para exigir la media sanción que faltaba», recordó.

En ese sentido, dijo que esa ley salió «por la rosca de ese momento, que fue una buena rosca» y explicó que pese a que se decía que «no era prioridad en pandemia», fue importante para lograr su sanción «el músculo de las compañeras, los 40 años de reclamar, y la Ley de Cupo».

A su turno, la concejala rosarina Norma López fue consultada sobre la inquietud de las mujeres en la política y sostuvo que está «convencida» de que las mujeres nacieron «para interpelar», por lo cual han «llevado adelante transformaciones».

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«Cuando Cristina en 2017, en la previa de la elección, bajó el discurso claro de convocar a militar porque teníamos que volver, nos puso en ese lugar. Hacer política era incomodidad, en ese camino tenemos que ir», dijo López.

Sobre el mismo tópico, la ministra Arena opinó que «esto de mujeres inquietas me parece inherente a la política, justamente la política es transformación y nada se transforma en la quietud».

En ese sentido, planteó que «hay una cuestión central: reconocer también el lugar de una madre que no salió a trabajar y crió sus hijos, es un lugar de poder enorme».

«No se trata de que todas trabajen, hagan política o sean ingenieras nucleares. Se trata de que podamos elegir libremente lo que queremos hacer y eso también es transformación y política: no responder a los deseos de los demás sino al propio», concluyó.

Fuente: Telam

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