«Otra Copa, Boca…». El hit, casi a modo de pedido, se escucha en la llegada del equipo a San Juan. Es otra fiesta que se suma a la del domingo a la tarde en la Bombonera y a la de que el plantel hizo a la noche en el hotel Alvear. Es otra visita del Xeneize al Interior, ahora como campeón, que revoluciona, pero que también entusiasma, porque este equipo se acostumbró a ganar, a dar vueltas olímpicas. Logró cinco de las últimas siete a nivel local. Y si bien ese cantito viene desde la época dorada a nivel internacional, en estos tiempos no desentona en absoluto. Al punto que hoy mismo, en San Juan, en un estadio que justamente lo vio campeón (en 2012, ante Racing), va por otra final, va por la defensa de la corona, va por otra Copa… Argentina. Como pidieron los hinchas en la llegada de la delegación a la ciudad, con ovación a Rossi y más gaste a Racing.
Ojo, también ese contexto festivo no deja de ser una alerta: el equipo de Ibarra llega al límite en lo físico, agotado de cuerpo, alma y espíritu y con 11 suplentes por todas esas razones que dominan el corazón y la razón. Si eso es un riesgo extra se verá esta noche, pero por lo pronto, Ibarra entendió que era mejor apostar a un pleno con piernas frescas, que terminar de fundir motores y llegar disminuido a una posible final, que encima será este domingo, sin más. Y en Mendoza.
Contra Patronato, entonces, Boca deberá primero sacarse la resaca de un domingo de película, no sólo por la estrella 73 sino por todo lo que pasó, los nervios, la tensión, la ayuda de River y hasta la angustia luego devenida en desahogo y euforia. Fue el equipo de Paraná, encima, el que lo golpeó fuerte en ese camino al título, allá por la fecha 11, con un 0-3 que sacudió la estantería del ciclo Ibarra y que también, paradójicamente, fue su quiebre: a partir de ahí el equipo no paró de ganar (llegó a lograr 10 triunfos en 11 partidos, superclásico incluido) hasta coronarse con el último aliento.
En ese marco, como si fuera poco, Boca buscará dar un paso más en este reinado del fútbol argentino. Hasta ahora, manda en todos los frentes. Porque es el último ganador de la Copa Argentina, porque ganó los dos torneos locales del 2022, porque se llevó los dos superclásicos del año contra River, porque también los pibes conquistaron el torneo de Reserva, porque también las Gladiadoras se quedaron con el campeonato femenino y porque hasta la Cuarta División, la última categoría de Inferiores, los barrió a todos. Grandes, pibes, pibas, de vuelta en vuelta.
Como si fuera poco, el premio de ir por más tiene otro lazo con la historia, con los libros no escritos, acaso con una epopeya jamás contada. De hecho, en eso trabajó Ibarra y su cuerpo técnico en estas horas. En reforzar los objetivos, las obligaciones y lo significativo que sería para el club ganar todo lo que está en juego en este 2022, un hecho sin precedentes: así como el Xeneize fue el primero en ser bicampeón en la era profesional (en 1934 y 1935), ahora podría ser el primer en conquistar las cuatro estrellas puestas en juego en un año calendario del fútbol argentino. Porque además de la CA, también tiene en la mira el Trofeo de Campeones, el 6 de noviembre, ante el ganador de una semi entre Tigre y Racing, los dos subcampeones.
A nivel local, entonces, la cuádruple corona sería uno de los mayores hitos del fútbol argentino. Por eso, ante Patronato, también pone en juego todo eso, porque lo demás ya lo consiguió, hasta el pasaje a la Libertadores 2023, obtenido en el primer título de este año. Ahora bien, ¿no se compromete demasiado ese objetivo con una formación que tiene 11 cambios? En algún punto, no deja de ser un riesgo, sí, porque Boca saldrá a la cancha hoy con jugadores que no están al mismo nivel de los titulares, caso Rolón, Orsini, Briasco y Roncaglia. A favor, contará con Villa, gran figura hasta su lesión, que volvió en un gran nivel.
La llegada de Boca a San Juan para enfrentar a Patronato por la semi de la Copa Argentina. Foto: @EmilianoRaddi
Pero en definitiva, Ibarra sabe que el rival, ya descendido, guardó jugadores en la última fecha con Huracán para poner todo esta noche, en la que también se juega la gloria. Y que ante eso, la mejor estrategia, la mejor apuesta (entiende el DT) es poner a los que menos minutos tienen en el mochilón de 56 partidos que lleva el equipo en el 2022.
Así, entonces, se subirá el campeón al ring, para defender otro de sus cinturones, para apelar a otro golpe de nocaut (de los muchos que tiró el ciclo Ibarra). Con pibes que bancaron la parada (Aranda, Sandez, Medina), con jugadores que viven cuestionados y con un regreso estelar al 11 como el de Villa, buscará terminar de bordar su año de estrellas. Otra Copa, Boca…
La llegada de Boca a San Juan para enfrentar a Patronato por la semi de la Copa Argentina. Foto: @EmilianoRaddi
La llegada de Boca a San Juan para enfrentar a Patronato por la semi de la Copa Argentina. Foto: @EmilianoRaddi
La llegada de Boca a San Juan para enfrentar a Patronato por la semi de la Copa Argentina. Foto: @EmilianoRaddi
Fuente: Olé