Cada semana, el periodista y escritor Pablo Montanaro nos acerca recomendaciones literarias y entrevistas con autores.
Pablo entrevistó a Ana María Mena, historiadora y escritora de San Martín de los Andes. Ella es autora de “Paloma Blanca”, la biografía de Julieta Lanteri, la primera mujer en votar, figura precursora de las luchas feministas.
“Julieta Lanteri llego a mí de una manera muy rara. Fue porque en el barrio donde ella vivió sus últimos años se la conocía como la doctora que vestía siempre de blanco. Y a mí me llego eso a través de mi papá y de personas mayores que la habían conocido”, contó Mena.
“En algún momento cuando supe que había sido la primera mujer que voto en 1911 me pico la curiosidad por todos lados. Empecé a indagar y ahí me entere que no solamente fue la primera argentina y sudamericana que voto sino también la primera italiana en obtener la ciudadanía argentina. Probablemente la única con dos títulos universitarios en su tiempo. Yo no encontré otra que hubiera hecho dos carreras. Además, me gustó mucho la forma en que ella ejerció su feminismo”, destacó.
La biografía de la doctora fue publicada con una edición de autor, con pocos ejemplares y una distribución pulmón.
La escritora destacó que el 7 de noviembre se inaugura la muestra “Arden fogatas de emancipación femenina” en el anexo de la Cámara de Diputados de la Nación. La exposición tiene a la biografía de Mena como eje principal, comentó orgullosa la historiadora.
Una historia poco conocida
Julieta Lanteri nació en Cuneo, Italia, el 22 de marzo de 1873. Llegó a Buenos Aires con sus padres y su hermana Regina cuando tenía seis años.
Fue la primera mujer que pudo ingresar y recibirse de bachiller en el Colegio Nacional de La Plata. En marzo de 1896 solicitó al decano de la Facultad de Medicina, Leopoldo Montes de Oca, el ingreso a la carrera. En 1898 se graduó de farmacéutica en la Universidad de Buenos Aires y algunos años después realizó prácticas de obstetricia en la Escuela de Parteras.
En 1906 participó del Congreso Internacional de Libre Pensamiento, en Buenos Aires, e integró el Centro Feminista, creación impulsada por Alicia Moreau de Justo. Más tarde, Lanteri fundó la Liga Argentina de Mujeres Librepensadoras.
En 1910, centenario de la revolución, convocó al Primer Congreso Internacional Femenino del mundo, como parte de los festejos del centenario. Invitó a mujeres como Cecilia Grierson y Elvira Rawson
También organizó el “Primer Congreso del Niño” a nivel mundial, la “Liga Pro derechos de la Mujer” y la “Liga por los Derechos del Niño”, además de participar en la “Liga contra la trata de blancas”.
En 1911 se anticipó a los padrones electorales y se presentó con un amparo de la justicia porque el padrón no mencionaba nada respecto a que las mujeres no pudieran votar. Fue así que el 16 de julio fue la primera mujer incorporada a un padrón electoral argentino, y en las elecciones del 26 de noviembre de ese año se convirtió en la primera sudamericana en votar. En el país el voto femenino recién se ejerció legalmente en 1948
Además del voto femenino, su lucha incluía denunciar las condiciones inhumanas de las obreras privadas de cualquier derecho, pelear contra proxenetas y funcionarios que se enriquecían con la explotación sexual, exigir el derecho al divorcio, terminar con el poder de la Iglesia sobre la vida de las personas. Perseguía la igualdad de derechos en todos los planos, político, legal, laboral y civil.
Fue la primera mujer candidata a diputada en Argentina, por el Partido Feminista Nacional, pese a que por las leyes imperantes no podía acceder al cargo. En su plataforma prometió luchar por sancionar una licencia por maternidad, otorgar un subsidio por hijo, abolir la pena de muerte y establecer la igualdad entre hijos legítimos e hijos ilegítimos.
Sus ideas se despliegan en miles y miles de banderas que recuerdan la importancia de su lucha en el camino por la igualdad de derechos.