En el marco de los 45 años de Abuelas de Plaza de Mayo, el porteño Centro Cultural Borges las homenajeó «por su valor y energía», con una instalación de pañuelos intervenidos por 29 artistas como Luis Felipe Noé, Eduardo Stupía, Marcos López y Marcia Schvartz entre otros, que se inauguró este viernes con la presencia del ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, quien las celebró por ser «la luz que sigue iluminando».
«La búsqueda continúa -dijo Bauer durante el acto que se hizo en el edificio de Viamonte 525- . Las Abuelas son la luz que sigue iluminando. Cuánto ejemplo y dignidad sostenida representan», destacó antes de agradecer a los artistas «por sus aportes» y remarcar que «las Abuelas son para los argentinos, los latinoamericanos y el mundo quienes siguen dando su ejemplo» mientras que «los nietos son quiénes continúan esa lucha».
La instalación que quedó inaugurada con trabajos de Cristina Schiavi, Daniel Ontiveros, Diana Dowek, Rosana Fuertes, José Luis Landet, Eduardo Basualdo, Leticia Obeid, Luján Funes, Marta Minujín, grupo Etcétera, Karina Granieri, Roberto Jacoby, Daniel Santoro, Alejandra Fenochio, Miguel Rep, Mariela Scafati, Irene Banchero, Tulio de Sagastizábal, Marcelo Brodsky, Marcela Astorga, Cristina Piffer, Elisa Estrada, Tamara Stuby y Silvina D’Alessandro.
Se trata de una obra colectiva formada por pañuelos que dan forma a otro gran pañuelo. Presentados como pequeñas piezas, uno tiene signos de pregunta, otro dice «nunca estoy sol, quienes estaban siguen tejiendo en mi ser y siguen volviendo, volviendo, volviendo»; en otro se lee «hijas y nietes, hijes y nietos, hijas y nietas de sus rebeldías». Cada pequeño pañuelo es una pieza en sí misma, parte de un entramado mayor que constituye red.
La instalación está en una de las ventanas que dan a la vereda de Viamonte, idea de Gustavo Vázquez Ocampo, también hay colores que pueblan otros pañuelos, como el que lleva escrito «femicidios 240», el que tiene un corazón rojo con un ojo del que brotan lágrimas o el que sobre un fondo azul lleva escrita la palabra paz en letras blancas. Mientras que en el vidrio que protege la instalación están los nombres y apellidos de los nietos y nietas recuperados.
Protagonistas de una historia de lucha que comenzó cuando salieron a buscar a sus hijos y nietos desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar argentina, las Abuelas de Plaza de Mayo marcaron con sus pañuelos blancos la vida política argentina y se constituyeron en un faro para denunciar las atrocidades cometidas en los campos de concentración.
Como consecuencia de su tarea, recuperaron su identidad 130 nietas y nietos pero todavía hay más de 300 personas por encontrar, abrazar y ayudar a que puedan conocer la verdad sobre su identidad e historia.
Durante el acto de inauguración, la abuela de Plaza de Mayo Buscarita Roa -madre de José Poblete, detenido y desaparecido el 28 de diciembre de 1978- agradeció a los artistas «por la compañía de tantos años. Nos han ayudado a no sentirnos solas. Nos han acompañado en la recuperación de cada nieto», destacó y les hizo llegar el saludo y agradecimiento de Estela de Carlotto, titular de la agrupación que «no pudo estar porque estaba enferma», dijo.
Por su parte Ezequiel Grimson, titular del Centro Cultural Borges, destacó «la gesta incansable» de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, tras lo cual abuelas y nietos como Gastón Goncalves y Miguel Santucho, entregaron los emblemáticos pañuelos blancos a los y las artistas presentes, que los abrieron y posaron para una foto.
Entre otros, los artistas Santoro, Obeid, López, Tulio de Sagastizábal y Noé; Feda Baeza, titular del Palaice de Glace; Martín Bonavetti, subsecretario de Cultura a cargo del Centro Cultural Kirchner (CCK); el asesor presidencial Alejandro Grimson y el titular de la Procuración del Tesoro, Carlos Zannini.
El acto terminó con los puños en alto y el grito de «30.000 compañeros detenidos desaparecidos presentes. Ahora y siempre». Tras lo cual comenzó el momento de Sacrum, un grupo de jazz formado por Tomás Sainz en batería, Martín Varela en bajo y Javier Burin Heras en teclados, que hizo un recorrido por subgéneros del jazz como groove, fusión y swing en el Auditorio Astor Piazzolla.
Éste es solo uno de los homenajes que están recibiendo las Abuelas en estos 45 años de vida y se suma a la reedición de la muestra «Identidad», que invita a reflexionar y contribuir en la búsqueda de las y los nietos apropiados durante la última dictadura y que puede verse hasta el 23 de octubre en el predio ferial Tecnópolis, de a localidad bonaerense de Villa Martelli.
«Identidad» está compuesta por retratos fotográficos de los desaparecidos con espejos intercalados donde el espectador puede verse reflejado. La estrategia visual busca rescatar algún parecido físico entre ellos y sus hijos apropiados, jóvenes que por entonces tenían entre 19 y 25 años, la misma edad que sus padres al desaparecer.
Se exhibió por primera vez en el Centro Cultural Recoleta entre noviembre de 1998 y enero de 1999, y luego en el Parque de la Memoria en 2020 y esta reedición se completa con una pieza audiovisual que presenta diversos testimonios y material de archivo.
La propuesta contó con el apoyo de Abuelas, que sumó la información fundamental que venían recabando desde 1977, y tuvo el acompañamiento de artistas visuales como Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya Baglietto, Remo Bianchedi, León Ferrari, Rosana Fuertes, Daniel Ontiveros, Carlos Gorriarena, Adolfo Nigro, Noé, Schvartz, Juan Carlos Romero y Dowek.
Ambas iniciativas, la que quedó inaugurada en el Borges y la que está desde el 1 de octubre en Tecnópolis, forman parte del homenaje que impulsó el Ministerio de Cultura nacional dedicado a la organización de los Derechos Humanos.
Fuente: Telam