Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) presentaron el primer electrolizador de mediana potencia fabricado íntegramente en el país para producir hidrógeno verde, una tecnología clave para aprovechar las energías solar y eólica, y para el futuro de los autos eléctricos.
«La importancia de este proyecto es que vamos a tener un electrolizador para producir hidrógeno en base a energías alternativas como la eólica o la solar», explicó a Télam Daniel Barraco, investigador del Conicet y secretario de Ciencia y Tecnología de la UNC.
El uso del hidrógeno en lugar de los combustibles fósiles se está impulsando a nivel mundial «porque, ya sea que se utilice para producir energía eléctrica o como componente para otros motores a explosión, el resultado final es agua, o sea que no es contaminante», añadió.
La presentación del prototipo se realizó en la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC, en Ciudad Universitaria, con la presencia de los investigadores que realizaron el desarrollo; el ministro de Ciencia de Córdoba, Pablo de Chiara; y Barraco.
Un electrolizador es un dispositivo electroquímico que tiene electrodos sumergidos en agua y separados por una membrana porosa, los cuales aplican una corriente eléctrica que provoca una reacción electroquímica que separa al oxígeno del hidrógeno. Ese hidrógeno es un vector energético que puede utilizarse en la industria y en vehículos, y cuando la energía que utiliza el electrolizador proviene de fuentes sustentables como la solar y la eólica se habla de hidrógeno verde.
Se trata de un desarrollo realizado en conjunto por UNC, la Universidad Nacional de Catamarca y el Conicet, con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba, el Gobierno nacional y la empresa Fluorita Córdoba.
«Lo que desarrollamos fue un prototipo de electrolizador alcalino convencional para la producción de hidrógeno a partir de preferentemente energías renovables, a lo que se llama hidrógeno verde. Es el primer electrolizador de mediana potencia que se realiza en Argentina; inicialmente iba a ser de 5 kilowatts pero pudimos extenderlo a 9», explicó Esteban Franceschini, investigador del Conicet y la UNC, y responsable del proyecto, que consta de tres etapas.
«En la primera desarrollamos un prototipo monocelda de análisis de estanqueidad que tiene por objeto asegurar la ausencia de fugas; esta prueba se superó satisfactoriamente», dijo.
El segundo punto, que se presentó, «es un prototipo para el acople de una celda electroquímica de una potencia de 1.6 kilowatts a todos los periféricos donde se lleva adelante la separación del hidrógeno y el oxígeno para su posterior uso, fuentes de corrientes, fuentes de potencia y los controladores», detalló.
La ventaja de este tipo de energía es que la combustión del hidrógeno no emite dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del cambio climático.
En ese marco, añadió que, «actualmente, se encuentra en desarrollo el lazo de control electrónico digital para el control de la producción de hidrógeno de manera de poder realizarlo de manera segura; ese va a ser el prototipo tres que va a contactar con una celda de mayor potencia (9 kilowatts) y un lazo de control electrónico digital que va a permitir no sólo analizar el funcionamiento seguro del electrolizador sino también controlar vía web el funcionamiento del equipo para que sea conectado en el parque solar Cerro Negro».
El investigador describió que «la idea es que durante el invierno, cuando la energía de ese parque no se está utilizando, se genere el hidrógeno, se almacene y que, durante el verano, se utilice como reemplazo del gas que usa la empresa en su producción».
La ventaja de este tipo de energía es que la combustión del hidrógeno no emite dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del cambio climático.
A su vez, el hidrógeno se puede utilizar en los autos eléctricos en reemplazo de baterías de litio, para lo que se necesita una tecnología llamada celda de combustible.
Según informó la UNC en un comunicado al presentar el flamante electrolizador, los investigadores Ezequiel Leiva, Agustín Sigal y Ramiro Rodríguez estimaron que «usando sólo el 10 por ciento de tierras aptas para proyectos renovables sería suficiente para reemplazar el total de la importación de combustible de Argentina».
Además, indicaron que «otra alternativa para iniciar la transición energética consistiría en cortar con hidrógeno el GNC, al igual que ocurre ahora con las naftas y los biocombustibles, lo que no requiere ninguna modificación en los motores».
En el mediano plazo se espera que el hidrógeno sea el combustible de los vehículos eléctricos, y para fines del 2030 se estima que en el mundo ya circularán 2,7 millones de vehículos eléctricos a hidrógeno.
Fuente: Telam