Durante la Liga Profesional, los árbitros son llamados con menos frecuencia por los jueces de cabina en relación con el torneo anterior. Sobran ejemplos de jugadas en las que los referís no fueron llamados a hacer el chequeo y los partidos siguieron con situaciones que ameritaban la revisión. Este viernes, en Arsenal-Central Córdoba, hubo una excepción.
La patada de Ríos a Chimino.
Gonzalo Ríos, de Central Córdoba, le había pegado una patada a Chimino, de Arsenal, sin estar en disputa la pelota. El árbitro, Nicolás Lamolina, por seguir la jugada no vio la agresión. Le avisó el asistente y le sacó tarjeta amarilla al infractor. Aunque Darío Herrera también actuó desde la cabina de Ezeiza y recomendó la visualización de la jugada. Entonces, tras ver la repetición, el juez decidió cambiar la amarilla por roja directa.
El procedimiento estuvo correcto y la decisión disciplinaria también, porque el reglamento contempla en estos casos, de puntapié intencional que llega a destino que estas situaciones se sancionan con expulsión. La regla indica «dar o intentar dar».
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La roja a Gonzalo Ríos (Télam).
En esta misma fecha, hubo situaciones de omisiones graves por parte del VAR. En River-Platense, no avisaron de un pisotón en la espalda a Nico de la Cruz, del Millonario. En Independiente-Arsenal, se obvió comunicar una mano de evidente penal a favor del equipo de Julio César Falcioni.
Fuente: Olé