Las escenas fueron dantescas. En La Plata hubo una represión brutal, una víctima fatal, hinchas heridos, un camarógrafo baleado, familias aterrorizadas dentro y fuera de la cancha, jugadores afectados, niños perdidos por la ciudad como consecuencia del desmadre y la desesperación y un operativo policial que se asemejó a una cacería despiadada.
Los futbolistas de Gimnasia, testigos directos de lo ocurrido, contaron cómo vivieron la situación desde el campo de juego. «Cuando vi que la gente empezó a salir de la platea, sentí el olor del gas. Lo primero que pensé fue en mi familia. Después empezó a entrar gente y me preocupé. Traté de salir y no podía. Mi mamá estuvo a punto de desmayarse en el campo de juego. Erik (Ramírez) se acercó y la salvó a mi vieja. No sé qué pasará con el partido. Iremos al hotel a ver qué nos dicen», comentó Nicolás Contín.
Guillermo Enrique también relató lo que sintió en el momento en que comenzaron los violentos disturbios. «Esto es una locura. Todo se estaba desarrollando con total normalidad. Primero vimos que salieron ellos (NdeR: Aludió a los suplentes de Boca) despedidos del banco de suplentes por el gas pimienta. No entendíamos nada, hasta que después nos llegó a nosotros con todo y la desesperación fue total», comentó el lateral derecho. Y agregó: «Tengo un nene de dos años y seis meses y no podía respirar. Cuando entré al vestuario me quebré. Imagino a la gente, que también la pasó muy mal. Nosotros nos quedamos sin agua, porque intentamos darle a la gente. Empezamos a cargar algunas botellitas para poder ayudar».
Leonardo Morales dio detalles de algunas escenas dramáticas: «Tuvimos familiares de compañeros muy graves. Nos enteramos de un chico que perdió un ojo. Esto es una locura. Mucha gente la pasó realmente mal. Esperemos que esto se planifique bien. Y si se tiene que jugar sin gente, que se juegue sin público. Mi hijo de dos años llegó al vestuario sin poder respirar».
Franco Soldano fue crudo: «Fueron los 45 minutos más largos de mi vida hasta que encontré a mi familia. Me trepé a la platea, salí a la cancha. No sé qué más hice hasta que encontré a mis seres queridos y fue un alivio. Mi papá es médico y atendió a gente en la platea».
Fuente: Olé