Rock & gol. No hubo escenario, no estuvo Slash, tampoco Axl Rose. Pero sí Miguel Ángel Borja. Protagonista de su unipersonal, tan necesario para nutrir su confianza. Para comenzar a despejar cualquier tipo de duda sobre su potencial. Para archivar la sensación de apatía que había dejado en algunos pasajes de intrascendencia, alineados con la irregularidad futbolística de River. Y comenzar a demostrar, todavía en proceso de adaptación, por qué el club decidió desembolsar los u$s 8,6M que pagó por él hace un puñadito de meses…
Miguel Ángel validó las palabras con las que Falcao lo bendijo hace un tiempo: fue “un 9 goleador”. Porque en el primer tiempo aprovechó 2/2 y puso en ventaja a River. Primero, con inexplicable complicidad de Portau: Borja capturó una asistencia sutil de De la Cruz sobre la izquierda y -en vez de buscar a Quintero, mejor ubicado- pateó. El tiro estuvo bien dirigido, pero suave. No obstante el arquero de Estudiantes puso mal las manos, la pelota se le escurrió y terminó entrando mansita al arco… Y 1-0.
Quizás comprendiendo el contexto, la macana de su colega de guantes, Borja evitó el festejo con sello de Colibrí… por un rato. Esperó a tener su chance para hacerlo. Y la tuvo: en la segunda clara que le quedó bajó con el muslo derecho un pase teledirigido de Quintero y sacudió un remate implacable que acabó sacudiendo las manos de Portau y la red de los arcos móviles del Monumental. Y 2-0.
Y ahí sí, la coreografía. Deditos al suelo, repiqueteo en puntas de pie y una sonrisa para completar el cuadro. Una risa de desahogo. De alivio.
«El equipo viene mejorando, pasó por momentos difíciles pero hemos mejorado mucho», dijo Borja en TNT Sports, contento porque el gol nutrió algo que siente determinante para su performance y la de River: «la confianza».
Esa que le permitió jugar con comodidad al salir del área. La que lo llevó a decir que hay que ir “paso a paso” en el torneo, aun cuando asoma utópica una vuelta. La que llevó a River a “tener mucho la pelota, algo que me encantó”, según el propio delantero, quien se quedó con un “sinsabor” porque pudo haber hecho su primer hat-trick desde su regreso a la Argentina tras centro de Palavecino.
Aunque eso no opacó su performance. El show dentro del show.
La confesión de Borja sobre su rol pivoteando
La performance de Borja no sólo incluyó su juego dentro del área: también le tocó salir de ella para el pivoteo. «Cuando hay confianza se puede jugar un poco fuera, de pronto de repente me siento raro fuera del área pero la confianza me va dando esos resultados», manifestó en ESPN.
Fuente: Olé