En lo que representa un récord en su década de existencia, 58.000 personas participaron el último fin de semana de la décima edición de Open House, el festival de arquitectura y urbanismo que se realiza simultáneamente en varias ciudades del mundo y que en Buenos Aires abrió las puertas de más de 160 espacios para que el público pueda asomarse a la belleza de edificios monumentales y al interior de viviendas distintivas por su noción de hábitat y, en muchos casos, por su apuesta a la sustentabilidad.
La iniciativa surgida en Londres hace tres décadas cumplió una década en Buenos Aires y lo celebró con esta edición que se transformó en la más grande de toda su historia, una manera de hacerle honor al regreso en su formato original, masivo y presencial, después de las dos últimas versiones restringidas de pandemia: la oferta alcanzó a 169 espacios que se pudieron recorrer el sábado y domingo en visitas guiadas por 817 voluntarios.
A lo largo de estos 10 años, Open House Buenos Aires abrió las puertas de 300 espacios y edificios, participaron 4000 voluntarios (solo en esta edición el staff fue de 900), y tuvo 250.000 visitantes.
La última edición presencial -sin contar la de 2021 que se realizó en unos pocos espacios de acuerdo al aforo permitido por la pandemia- había sido visitada por 45.000 personas, una cifra largamente superada por las 58.000 que este año hicieron largas filas para conocer el interior de espacios como el Palacio Heinlein, el Barrio Parque Los Andes, el innovador diseño del arquitecto inglés Norman Foster donde funciona la sede del gobierno porteño o el Banco Hipotecario (ex Banco de Londres), así como una amplia diversidad de casas particulares.
«El éxito de Open House en esta décima edición tiene diversos motivos. Uno es la expectativa que generó la celebración de los 10 años después de dos años de pandemia que nos llevaron al aislamiento social. Sumado a la valoración que en general se tiene sobre la continuidad en el tiempo de este tipo de eventos organizados por entidades del tercer sector. Otro punto importante es la cantidad y heterogeneidad de sitios propuestos para ser visitados, que responde también al público heterogéneo de la propuesta», destaca Elisa Rocca, una de las co-organizadoras de Open House, en diálogo con Télam.
«Por otra parte, Open House es uno de los pocos eventos privados de acceso libre y gratuito. Y este año además, apostamos por eliminar prácticamente la inscripción previa, lo que volvió al evento más dinámico y espontáneo. A todo esto, creemos que adelantarlo en fecha fue positivo, porque coincidió con la bienal de arquitectura», analiza.
¿Qué tipo de espacios prefirieron los visitantes? «Los más visitados por el público son los edificios de valor patrimonial e histórico. Aunque el público más relacionado con la arquitectura y el urbanismo se interesa muchísimo por los espacios contemporáneos. Por otra parte, los edificios que permiten vistas amplias y en altura son muy requeridos -describe Rocca-. Todo esto cruzado por la localización: los edificios ubicados en zonas más céntricas y de fácil acceso son los más concurridos. Y por último, las viviendas individuales, que generan muchísima curiosidad».
Esta edición se propuso expandir la discusión sobre la rehabilitación de los centros urbanos, la relación con el agua y otros recursos naturales, los espacios educativos, el diálogo entre la infraestructura y los espacios verdes, así como el transporte público, los espacios de trabajo, las terrazas urbanas y la sustentabilidad.
Además, como parte de una oferta que se expande todos los años, se pudo acceder a algunos tesoros arquitectónicos en bicicleta a partir del programa Open Bici, que propone circuitos guiados con temáticas especiales que abarcan desde la arquitectura al diseño, pasando por la historia, la trama urbana y la literatura.
Open House se desarrolla cada año en más de 30 ciudades (en los cinco continentes) como Londres, Melbourne, New York, Roma, Madrid, Helsinky, Dublin, Tel Aviv y Lisboa. Un fin de semana al año cada ciudad, bajo el mismo concepto internacional y con una organización local, acerca los ejemplos más notables e influyentes de su arquitectura, urbanismo y diseño en forma gratuita para que sus habitantes los visiten.
Fuente: Telam