La noche del lunes fue muy significativa para el colectivo riverplatense. Especialmente, por supuesto, por los $61.330.000 que se recaudaron en la novena cena anual de la Fundación River, destinados a la formación de los clubes e instituciones más necesitados a lo largo y ancho del país. Pero, en otro plano, las palabras de Marcelo Gallardo pintaron de esperanza el futuro inmediato en el cierre de la gala que se montó en una carpa a un costado del SUM del club para 374 invitados entre autoridades del CARP, cuerpo técnico y ex glorias.
Después de valorar especialmente el acompañamiento en la cena en el único año de su ciclo en el que los títulos quedaron de lado, el Muñeco ensayó un discurso que dio lugar al optimismo para lo que viene: “La enseñanza de no encontrar el éxito deseado es un aprendizaje mucho más importante que cuando estamos en la vorágine del éxito. Y este año yo aprendí mucho en los errores y en las equivocaciones. Y eso me hace una persona con más deseos de aprender…”, dijo MG, micrófono en mano, antes de que la ovación partiera de todas las mesas a su alrededor.
Si bien los dirigentes son muy cautelosos para hablar de un 2023 con Gallardo al frente del primer equipo y de toda la estructura de fútbol, la sensación que quedó en el aire para todos los asistentes al evento fue que en el mensaje del Muñeco se escondió una proyección de su ciclo en Núñez y ganas de intentarlo de nuevo con la sabiduría que le dejará esta temporada fallida.
Entre comidas y subastas, no fueron pocos los que escucharon a algún directivo de peso hablar de las expectativas para el año que viene con un MG “muy afilado”. En ese sentido, la reacción del cuerpo técnico del deté también pareció sugestiva cuando se subastó -por primera vez en esta clase de eventos- la experiencia completa de un viaje al Interior en 2023 con toda la delegación de River como un integrante más: Biscay y Buján, desde el escenario y en broma, le preguntaban al Muñeco si el paquete incluía charla técnica, a lo que el míster contestó que no, “y comida tampoco, ja”.
Por lo demás, los indicios siempre podrán evaporarse en la reflexión de un Gallardo que suele tomarse algunos días para decidir y que suele ser impredecible, incluso para sus hombres más cercanos y de mayor confianza. Por eso, más allá de que piensan el 2023 con él a la cabeza y de que le ofrecerán renovar su contrato por tres años (hasta el final de la gestión de un Brito que horas antes declaró que espera que no le toque administrar a él un River después de Gallardo), nadie se la quiere jugar del todo.
Del mismo modo, en el club aseguran que no tiene ninguna implicancia que el CT ya haya anotado futbolistas para buscar en los próximos mercados o que haya empezado a programar una pretemporada que arrancaría en diciembre con unos días en el Sur (aunque también evalúan otros destinos del país) y que seguiría después de un parate por las Fiestas en enero en la Florida, con amistosos ya estipulados por contrato con Disney. “Es parte de sus obligaciones del día a día”, le explicó a Olé un encumbrado directivo.
Otro de los guiños que leyó más de uno en la noche del lunes fue la asistencia de un Ponzio que donó la camiseta de su partido despedida para subastar y de un Lux que llevó uno de los bombos de la hinchada y convocó a Gallardo, Francescoli, Alonso y al propio Leo a que lo firmaran para recaudar (otras pujas top: la casaca del último partido de Julián Álvarez con video del Araña desde Inglaterra y uno de los bancos de suplentes del Liberti, que cambiarán con la remodelación del estadio).
La presencia del capitán eterno y de Poroto no fue casual: cada vez más cerca de sumarse al proyecto al lado de Enzo en la Secretaría Técnica en un rol que funcione como nexo con el plantel, también representan una señal de continuidad de proyecto.
Ponzio, con un futuro atado a River. Prensa River.
El final seguirá abierto, porque probablemente ni siquiera Gallardo sepa aún qué es lo que va a hacer y porque su decisión, además, no depende solo de él: tendrá que mirar a su alrededor y advertir si el desgaste de estos años hizo mella o no en sus colaboradores y en todas las personas que lo acompañan en el hiperexigente día a día.
Aunque su aparición pública, tan esperada, dejó un halo de esperanza para pensar en un 2023 con él a la cabeza…
Yo Digo: Mariano Iudica
La verdad es que fue una noche increíble para el momento que está viviendo River en cuanto a lo futbolístico: cuando todo es victoria y alegría y todo se ve espectacular uno creía que era mucho más fácil para mí ayudar a recaudar dinero desde la conducción del evento (el lunes compartió la tarea con Magdalena Aicega) y para la Fundación River tener muchas mesas vendidas, pero otra vez fue un éxito.
Y es como dijo Marcelo en su cierre de la cena: esto, en este contexto, tiene el doble de valor. Fue realmente muy emocionante lo que vivimos. El mensaje que dio él sobre el aprendizaje de los errores y la enseñanza que deja este año fue muy lindo, todos lo vimos con muchas ganas.
Más allá de lo que decida, toda la noche se vivió un clima de absoluta continuidad de un proyecto. Un proyecto que lo tiene a él al frente. Lo veía en el propio Muñeco, en la gente en todas las mesas que lo ovacionó, en los dirigentes, en Enzo (Francescoli). Ojalá haya Gallardo para rato en River.
Fuente: Olé