Una tregua es, por definición, un cese temporal de hostilidades. La detención o suspensión temporal de una lucha o una guerra. Y es, precisamente, la palabra que mejor describe el estado de negociación entre el Consejo de Fútbol de Boca, con Juan Román Riquelme a la cabeza, y uno de las principales figuras del plantel de Hugo Ibarra. Si, tanto la dirigencia xeneize como el arquero de 27 años decidieron pasar el tema a cuarto intermedio y centralizar todas las energías en la definición de la Liga.
Rossi, se sabe, viene de ser figura en los últimos partidos del Xeneize. Partidos, dicho sea de paso, que le permitieron a Boca consolidarse como único líder del campeonato. El domingo, sin ir más lejos, se lució con dos tapadas top cuando Vélez se proponía amargar la fiesta en la Bombonera. Tapó un derechazo de Seoane que se clavaba junto a un palo y desvió con el pie izquierdo un mano a mano contra Bou. Fue, sin dudas, la figura de la cancha. Y el principal responsable, junto al pibe Morales, de que Boca haya alcanzado la cima a cinco fechas del final.
Sus atajas valen oro y sus acciones van en aumento. De hecho, cuando Boca tenía decidido colgarlo producto de las idas y vueltas por su renovación, y hasta contrató un arquero mundialista para quedarse con el puesto, Rossi le puso candado al arco azul y oro. Desde que Chiquito Romero fue presentado en Boca, el 8 de agosto pasado, Agustín recibió dos goles en diez partidos, le atajó un penal a Rosario Central y actualmente defiende una marca de 500’ sin que lo venzan (el último fue el Pulga Rodríguez, en la victoria por 2 a 1).
El último contacto entre Boca y Miguel González, representante de Rossi, fue hace aproximadamente dos semanas. Y allí, pese a la buena predisposición de las partes, no pudo llegarse a un acuerdo. Ni Boca se movió de la oferta inicial ni Rossi dio marcha atrás con respecto al monto que desea percibir. Las diferencias son las mismas que hace rato: la cotización del dólar fijada en el contrato (oficial o blue); la extensión del nuevo vínculo (tres o cuatro años) y la cláusula de rescisión del 1, que Boca pretendería fijar en 18 millones de dólares.
No hubo avances y acordaron volver a hablar más adelante. Más precisamente, cuando concluya el campeonato. En agosto de este año, cuando ya empezaba a cocinarse la llegada de Romero, el propio Rossi había postergado las charlas sobre su futuro luego de la caída 3-0 ante Patronato en el comienzo del ciclo Ibarra. Y ahora fueron las dos partes las que resolvieron privilegiar lo deportivo por encima de lo contractual.
No es tanto, tampoco, el tiempo que resta para el final de la temporada. Son apenas cinco fechas más la semifinal con Patronato de la Copa Argentina. Seis partidos, en total, que se disputarán en un plazo de 17 días, entre el jueves 6 y el domingo 23 de octubre.
“Cuanto mejor ataque, más difícil será retenerlo”, sospechan por el predio de Ezeiza, aunque desean, según palabras de Riquelme, contar muchos años más con el ex Lanús y Chacarita. “Agustín tiene una oferta sobre la mesa muy importante. Si él quiere renovar con nosotros, vamos a estar muy felices de estar con él por muchos años. Ojalá se pueda dar”, anheló Román.
Ameal, por su parte, habló directamente de un tema económico: “Nosotros cuidamos al club y Rossi cuida su economía. Recuerdo que cuando se fue Andrada decían que debíamos traer otro arquero. Nosotros a Rossi le hicimos la mejor oferta, pero él tiene derecho a decidir otra cosa”.
El excelso nivel de Agustín, figura en la mayoría de los partidos del ciclo Ibarra, fue ablandando un poco la postura del Consejo. Y la operación de Romero (se sometió a una artroscopía de rodilla derecha y no atajará hasta 2023) atentaron contra la idea de Román de cederle el arco a su ex compañero en la Selección.
El Xeneize, de todos modos, no podrá dormirse en los laureles. A partir del 1° de enero, Rossi tendrá la chance de firmar con otro club y marcharse a mitad de año. Por ahora, enero parece lejano. La historia de Rossi seguirá escribiéndose en la cancha…
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Fuente: Olé