(Desde San Pablo) – El bloque parlamentario que apoya al presidente Jair Bolsonaro fue el gran vencedor de las elecciones generales de Brasil, tras las cuales tendrá mayoría en el Congreso, liderazgo en la distribución del presupuesto y capacidad negociadora en caso de que Luiz Inácio Lula da Silva sea electo mandatario en el balotaje del 30 de octubre.
El gran desempeño del «Centrao», el bloque al que pertenece el Partido Liberal del ultraderechista Bolsonaro, en la primera vuelta electoral del domingo permitirá al por ahora presidente poner palos en la rueda a un posible Gobierno de izquierda y preparar una eventual campaña presidencial en 2026, dijeron analistas.
Comentaristas políticos brasileños coincidían en destacar, después de la primera vuelta y el inicio de cuatro decisivas semanas hacia el balotaje, el poder que han dado los comicios al presidente del PL, Valdemar Costa Neto, a la altura de los del vencedor Lula y del tractor de votos que ha demostrado ser Bolsonaro.
«Tendremos un Congreso muy bolsonarista que ya se anticipa como hostil en caso de que Lula gane las elecciones» y sea presidente por tercera vez, dijo a Télam el cientista político Vinicius Vieira, profesor de la Fundación Armando Alvares Penteado (Faap) y de la Universidad Fundación Getulio Vargas (FGV), ambas de San Pablo.
«Bolsonaro, por su parte, tendrá en este Congreso un lugar donde encontrar resistencias institucionales a las denuncias que recibirá cuando ya no tenga inmunidad presidencial. Las chances de un acuerdo para protegerlo del Poder Judicial son reales», agregó Vieira, quien también es doctor en Relaciones Internacionales de la Unversidad de Oxford.
Además de presidente y vicepresidente, los brasileños estaban llamados a elegir el domingo a los gobernadores de los 27 estados, incluido el Distrito Federal de Brasilia, los 513 escaños de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, de 81 asientos, así como las asambleas legislativas estatales.
Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT), derrotó a Bolsonaro por 48,05% a 43,43%, sin poder conseguir la mitad más uno de los votos, como habían predicho algunos sondoes, por lo que ambos irán a balotaje. El resto de los votos se dispersó entre otros nueve candidatos.
El PL, al que Bolsonaro se afilió recién el año pasado, logró 23 diputados más en las elecciones, llegando a los 99, y el propio presidente se anotó grandes victorias en el Congreso con la elección como diputados de dos exministros de su Gobierno.
El PL se convirtió en la mayor bancada electa de la Cámara de Diputados desde 1998.
El Partido de los Trabajadores de Lula elevó a 76, de 56 que tenía, el número de escaños que controlará en Diputados.
En total, el bloque ‘lulista’, del PT y sus aliados del Partido Verde y Partido Comunista do Brasil (PCdoB), tendrá 80 diputados
Aliados de Lula como Red de Sostenibilidad, el partido de Marina Silva, exministra de Ambiente electa diputada, y el Partido Socialismo y Libertad, del líder sin techo Guilherme Boulos, lograron entrar al Congreso, desde el que defenderán un eventual gobierno del líder del PT, en el que suenan también como posibles ministros.
En Brasil, a diferencia de Argentina, la conducción de la Cámara de Diputados es más independiente y responde a dinámicas sectoriales.
Actualmente, el presidente de Diputados y segundo en la línea de sucesión presidencial es Arthur Lira, del partido Progresistas, integrante del Centrao, que cajoneó durante dos años más de 200 pedidos de juicio político contra Bolsonaro.
Costa Neto, por su parte, ya fue aliado de Lula, de la expresidenta Dilma Rousseff, también del PT, y del expresidente liberal Michel Temer, y le ha cedido el partido a Bolsonaro a cambio de que la fuerza, junto con los oficialistas Progresistas y el procristiano Republicanos, dominen el llamado «presupuesto secreto», las partidas que pueden enviarse a los estados a través de sus diputados y no ya del gobierno central.
Este político y empresario titular del PL fue preso y condenado a 7 años de cárcel en 2012 por corrupción y lavado de dinero en el escándalo conocido como Mensalao, que involucró a la alianza de partidos que respaldaban a Lula durante sus dos mandatos, de 2003 y 2010.
El Congreso que surge tras las elecciones del domingo tiene rostro de Centrao, pero también de la extrema derecha bolsonarista reforzada después de cuatro años de gobierno.
El nuevo Congreso también tendrá novedades, luego de la elección de dos diputadas trans, Erika Hilton y Duda Salabert, ambas amenazadas de muerte.
En la Cámara de Diputados, el bloque que apoya al presidente controlará más de 300 de los 513 escaños.
En el Senado, en tanto, la derecha bolsonarista y no bolsonarista, que sería anti-Lula, dominará más de la mitad de las 81 bancas.
Lula tendría margen de negociación con dirigentes de los partidos del Centrao de la región noreste, muchos de los cuales siguen aliados al PT por el éxito electoral del líder del PT en los estados más pobres del país.
Detrás de Boulos, en San Pablo, principal estado del país, fueron electos como diputados Eduado Bolsonaro, hijo del presidente, Carla Zambelli y Ricardo Salles, tres nombres directamente empujados por el presidente.
Sobre todo Salles, exministro de Ambiente y conocido lobista de sectores ruralistas, que salió del gobierno luego de decir que había que aprovechar la pandemia para destruir los controles ambientales y permitir el avance del agronegocio en la Amazonia.
El profesor Vieira dijo que el bolsonarismo podría aprovechar la mayoría en el Senado para iniciar procesos de impeachment de los jueces de la Corte Suprema que votaron a favor de la anulación de las condenas por corrupción contra Lula.
«Esa agenda está dentro del bolsonarismo reforzado por la elección», estimó el experto.
De acuerdo con el analista, la fórmula que puede llegar a usar un Bolsonaro en la oposición y sin fueros es «hacer fracasar desde su fuerza en el Congreso» al Poder Ejecutivo y preparar un terreno para su retorno al poder en 2026, tal como lo está haciendo el expresidente Donald Trump en Estados Unidos.
Lula, además, ha avisado que en caso de vencer a Bolsonaro, tendrá un mandato de cuatro años, con lo que sumará 81 años de edad el 31 de enero de 2026 en caso de ser electo el 30 de octubre.
«No quiero ser como Mario Soares que en Portugal fue candidato a los 90 y sacó cerca de cero», explicó Lula la semana pasada, cuando contó algunas anécdotas referidas al paso del tiempo en la política.
«Un mandato de cuatro años es un gobierno de transición», lo denominó antes de la primera vuelta Edinho Silva, coordinador de comunicación de la campaña de Lula, especialista en marketing y político e intendente de Araraquara, una localidad del interior de San Pablo.
El PT de Lula ha logrado ganar en primera vuelta las gobernaciones de Piaú, Ceará y Rio Grande do Norte (donde reeligió la única mujer gobernadora, Fatima Bezerrra) pero el bolsonarismo ha arrasado en los tres principales distritos electorales del país, San Pablo, Rio de Janeiro y Minas Gerais.
En San Pablo, el exministro de infraestructura Tarscisio Freitas, nacido y criado en Río de Janeiro y sin residencia permanente en San Pablo, ganó ayer por 7 puntos de diferencia e irá al balotaje con Fernando Haddad, del PT.
En Río, el gobernador Claudio Castro, bolsonarista, fue reelecto en primera vuelta contra todas las encuestas ,y en Minas Gerais fue reelecto Romeu Zema, del Partido Nuevo, un antiguo liberal que se ha convertido en un libertario bolsonarista.
Fuente: Telam