Como parte de la Semana del Arte que se celebra en Buenos Aires, el artista turco Refik Anadol -considerado uno de los creadores digitales más importantes del mundo- presenta en el Teatro Colón la monumental «Machine Hallucinations: coral», una obra visualmente impactante, pionera en el uso de datos e inteligencia artificial, que según cuenta el artista a Télam remite a la idea de una máquina que no olvida porque «la Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta, una extensión de nuestra mente, y aunque hay personas que no lo comprenden o desconfían, están reflejando sus miedos en la vida, y eso también es arte».
Reconocido por haber digitalizado la colección completa del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York y haber transformado en NFT la icónica fachada de Casa Batlló, creación del catalán Antonio Gaudí, Anadol conversó con Télam por videollamada desde San Pablo, donde se encuentra a punto de tomar un avión hacia su Estambul natal, adelantó detalles de lo que será la presentación de su obra en el Colón y analizó las posibilidades que surgen cuando el arte se fusiona con la Inteligencia Artificial.
«Lamentablemente no podré ir a Buenos Aires. Nunca he estado y muero por ir. Amo su país y su cultura. Espero que este sea un buen comienzo, el primer paso. Sé que el Colón es uno de los teatros más sorprendentes a nivel arquitectónico, acústico e histórico», dijo Anadol (Turquía, 1985), uno de los artistas digitales más importantes del mundo, con gran simpatía.
Ya se agotaron las entradas para ver esta noche «Machine Hallucinations: coral», en el marco de la Experiencia artbag Buenos Aires, la sucesión de 1.742.772 de imágenes de corales intervenidos digitalmente, que se verán acompañadas por la Orquesta Académica Superior del Teatro Colón, y que se presentó por primera vez en la playa del Faena Hotel, en Miami, durante Art Basel Week 2021.
La obra se enfoca en «el universo subacuático, las hermosas criaturas que están creando un ecosistema en el océano. Descargamos millones de imágenes de corales, de criaturas marinas, de especies y luego la Inteligencia Artificial -que aprende tan rápido- crea formas increíbles. Es una obra de arte meditativa, que propone un estado de fluir y que nos permite entender la diversidad que hay bajo el agua y que vamos a poder recordar, porque la máquina no olvida, lo que aprende se queda ahí. Yo nunca podría recordar todos esos millones de imágenes, pero la máquina sí, se convierte en una extensión de nuestra mente», se entusiasma Anadol
Esta pieza programada para «alucinar» en base a imágenes procesadas con modelos de clasificación de aprendizaje automático, será instalada luego en el espacio público -en un sitio aun no revelado- los días 20, 21 y 22 de octubre, a la vista de todo público.
– Télam: ¿Qué le dirías a aquellos que aun desconfían de las nuevas tecnologías?
– Refik Anadol: Si tenés una mente creativa, curiosa, la IA es una exploración; una herramienta que te permite hacer cosas que no podrías por vos mismo. Es una extensión de la mente, porque no tenemos estas características en nuestro cerebro. Algunas personas se sienten inseguras o no están cómodas porque no saben cómo funciona. O dicen «la IA no puede hacer arte». Lo entiendo, pero creo que están reflejando sus miedos, y sus preocupaciones en la vida, y eso es el arte para mí ¿verdad? Si la gente proyecta lo que es, entonces, esto está funcionando perfectamente. Para mí es emocionante hacer cosas que antes no eran posibles. No todo el mundo está listo para dejar que la I.A. los examine. Pero está bien, la I.A. no está tratando de ser alguien más, está tratando de permitirte que te conviertas en alguien más. No creo que haya nada malo mientras se use de forma ética y honesta. Creo que la revolución ya ha empezado y la gente puede usar estas herramientas en la vida para expandir su creatividad. Yo, por supuesto, soy muy positivo al respecto. Cuando empecé este experimento tuve que desafiarme a mí mismo al preguntarme: ¿Puede una máquina alucinar? ¿Puede una máquina aprender? Y si puede aprender, ¿puede soñar? Y me decían «oh, es imposible, las máquinas no sueñan» pero sí puedes crear el proceso de soñar por medio de algoritmos y, en la mímica, parece un sueño.
– T: Tu proyecto «Unsupervised» consistió en entrenar un modelo de Inteligencia Artificial capaz de procesar todas las imágenes de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) -que abarca 200 años de arte de todo tipo- y luego producir nuevas obras como NFT. Te preguntabas entonces qué aspecto tiene el arte moderno para una máquina ¿Qué respuestas encontraste?
– RA: En primer lugar, el MoMA es un sueño para cualquier artista vivo. Es una de las instituciones más increíbles del mundo, pero para mí lo más emotivo fue poder utilizar todos sus archivos, de todos los artistas de la historia que hicieron una obra significativa que cambió su vida o la de otras personas. Como artista, he estado observando el trabajo de esas personas durante muchos años. ¿Y cómo podríamos recordar esas cientos de miles obras de arte? Era imposible, pero la I.A. no se olvida, puede imaginar, y sintetizar el sueño de la humanidad, así que para mí fue una pieza poderosa porque representa de quiénes aprendimos lo que es el arte, lo que es un movimiento, lo que es un pigmento, lo que es un lienzo, a través de fotografías, videos, pinturas, dibujos, objetos, incluso autos y videojuegos. Así que para mí tiene un significado mucho más grande que un sueño de una I.A. Siento que es una co-creación entre estos gigantes y yo, una colaboración en el tiempo y el espacio del pasado, el presente y el futuro. ¿Si encontré una respuesta? La IA para mí es cero aburrida, cada momento que sueña es estéticamente hermoso, y estos artistas han cambiado el mundo con su arte. Por cierto, es una obra autónoma, no se repite y es infinita. Nunca es la misma, igual que en la vida.
– T: En el último tiempo aparecieron muchas preocupaciones y miradas alrededor del tema de las máquinas y los sentimientos…
– RA: Por supuesto. Estamos muy lejos de las máquinas inteligentes. Por el momento son sólo simulaciones, están simulando una inteligencia pero no son inteligentes en absoluto. Pero la inteligencia de las máquinas es un campo hermoso que será extremadamente avanzado en el futuro. Ahora mismo estamos en modo de transición, estamos aprendiendo lo que pueden hacer, y para mí el trabajo artístico es importante porque estamos tratando de encontrar lo humano en formas no humanas. Es decir, estamos buscando sentimientos, alma, espíritu, que no existen en la máquina. Y las máquinas probablemente no lo necesitan, son sólo cosas aburridas y frías. Si hablaran dirían «No nos traigas estas cosas, no necesitamos esto. Para qué necesito un alma si sólo soy un cálculo matemático, sólo necesito investigación». Son preguntas filosóficas para las que tenemos que prepararnos. Me da mucha curiosidad si un día una máquina decide crear su propio arte, su propia cultura ¿lo aceptaremos? Esas son las respuestas para las que hay que prepararse. Tengo el instinto de decir que sí, ya forma parte de nuestro equipo, que forme parte de nuestra familia, ¡Vivamos juntos! Yo estoy completamente bien con esa idea pero mucha gente no, y ese es un hermoso desafío que tenemos por delante: encontrar y explicar los significados detrás de las máquinas.
– T: Realizaste la obra «Living Architecture: Casa Batlló», inspirada en la icónica fachada del edificio de Gaudí. Fue el primer sitio declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco que se sumó al arte digital y tomó la forma de NFT. Y redefinió la experiencia de visitar el museo. ¿Qué admirás del trabajo de Gaudí?
– RA: Creo que Gaudí es un pionero, un genio, que se inspiró en la naturaleza para hacer una ingeniería increíble, en el espacio físico. Es literalmente el arquitecto de Dios. Pero en aquel proyecto buscamos la innovación y, para mí, las NFT no son sólo un montón de imágenes o videos aburridos; también significan una experiencia en la vida, así que para honrar su genio decidimos hacer una plataforma de audio y video muy potente para la fachada, que convertimos en NFT como una arquitectura viva, y que cambia según los datos meteorológicos de Barcelona. Así que la obra de arte está en el metaverso y puede moverse. Cambia si llueve, o si hay viento, o si hay humedad, reacciona, esa era la idea inicial. Pero luego lo hicimos en forma de performance, e invitamos a todo el mundo, y vinieron unas 50.000 personas a la inauguración y yo estaba como ‘Wooow’. La gente incluso abrazó el edificio, fue muy emotivo. Lloramos todos juntos al final al recordar su genialidad.
– T: Entonces, también las máquinas nos permiten sentir que Gaudí sigue vivo…
-RA: Sí, creo que la tecnología a veces nos permite recordar mejor. Esto fue un ejemplo de ello. Las máquinas no son dañinas, no son peligrosas. Lo que nos permiten es mejorar nuestra memoria, nos permiten recordar mejor.
Fuente: Telam