La Argentina es un país donde «la grieta no solamente se estableció en la sociedad y en la política sino también en el desarrollo económico desigual», afirmó el secretario de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal del Ministerio de Economía, Jorge Neme, en la 120° Reunión Plenaria del Consejo Federal de Trabajo desarrollada en la ciudad de Puerto Iguazú, Misiones.
«Tenemos una región centro que exporta el 75% de los bienes y servicios que se producen en la Argentina y tienen un salario promedio del 25 y 30% mayor que otras regiones; si bien tiene problemas de distribución interna, recibe el grueso de las inversiones, innovación y tecnología de punta, y además, tienen una marcha alentada por un mercado objetivo de empresas que apuntan siempre en la misma región», agregó.
Según Neme, la economía pampeana, vinculada al mercado exterior, tiene los atributos de las cadenas productivas más competitivas que existen en el mundo, que son la soja, el trigo y el aceite, que en su conjunto generan 40 mil millones de dólares.
Por otro lado, la industria automotriz y metalmecánica; y parte de la industria textil y la de proteína animal; estas cadenas de valor, vinculadas a flujos de inversión locales y extranjeros, están localizadas fundamentalmente en el centro del país.
«Hay un nivel de distribución horizontal que va de la soja que se produce en Jujuy y Salta, hasta la que se produce en Rio Negro, que vale la pena apreciar para no equivocarnos porque la marca y el imaginario que tiene cada cadena productiva es lo que define la vocación de los inversores por apuntalar estas cadenas productivas», advirtió.
Por otra parte, sostuvo que la Argentina es el país que tiene «más tierra arable por habitante de toda América Latina, una hectárea coma uno por habitante, somos el único país del mundo que tiene esa tierra disponible para producir», aunque aclaró que aunque «somo conocidos como la Pampa Húmeda, 70% del territorio es árido y semiárido».
Neme también señaló que aunque posee «recursos hídricos, evaluados por la FAO, para regar siete millones de hectáreas», de las 40 millones de hectáreas arables «no regamos ni siquiera dos, que son el 5 % de la tierra arable y explican el 13 % del producto agropecuario».
Para el funcionario, es necesario «desarrollar una industria de bienes de capital que acompañe el desarrollo productivo de las nuevas producciones agrícolas irrigadas».
«Tenemos un problema de desarticulación estructural en la Argentina, nuestras instituciones públicos y privadas, trabajan por andariveles sin mirar al que tienen al lado, quieren llegar primero en lugar de llegar juntos, el tema es ver como empezamos a generar estos vínculos y esta es una de las misiones de la Secretaría de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal», concluyó el Secretario.
Fuente: Telam